miércoles, 30 de diciembre de 2009

¿para que nos hacemos pendejos? Como si fuéramos a cambiar el año que entra.

martes, 22 de diciembre de 2009


y nada.

martes, 15 de diciembre de 2009




y yo como alguno colgado que
ni toca tierra ni al cielo puede subir

lunes, 14 de diciembre de 2009

no debería, bajo ninguna circunstancia, doler tanto.

domingo, 13 de diciembre de 2009

"La vida es bella", repetía mi padre, mientras tarareaba no sé que canción y miraba la avenida cuidándose de señoras en camionetas al acecho. Yo no podía responder nada, tenía la cabeza recostada sobre el vidrio, justo en el mismo lugar donde antes la pude ver yo a ella, buscaba la posición exacta de sus manos, para posar las mías justo encima, quería delimitar su pequeño cuerpo, saber que aquél era el lugar donde habitaba su entrepierna, la que me ofrecía calor y miedo. Por segunda vez en el día mis ojos estaban hechos de vidrio hasta que la voz de mi padre me recogió de nuevo, "no eres un pendejo, hasta que te hacen pendejo, y de eso hijo, no estas a salvo".

sábado, 12 de diciembre de 2009

Oh Horacio

Carminum II, 17 (A Mecenas)

[…]
¡Ah! Si una fuerza prematura
te arrebatase a ti, la mitad de mi alma,
¿a qué esperaría yo, la otra,
no tan querida e incompleta superviviente?
Ese día traería la ruina a ambos.
Pero no será vano mi juramento:
iremos, iremos, dondequiera que vayas,
compañeros dispuestos a hacer juntos
la última jornada.
Ni el aliento de la ígnea Quimera,
ni, si resucitare, el centímano Gias,
me arrancaría nunca de ti:
así lo acordaron
Justicia poderosa y las Parcas.

[…]
Acuérdate de ofrecerle víctimas
y del templo que prometiste;
yo inmolaré en su honor una humilde cordera.

.

¿cómo podría? en qué mundo? bajo qué estado alterado de la realidad podría alejar tal belleza? Es luz en el abismo, es el abismo mismo con esa pequeña luz que antecede a los monstruos. Ocupo mis manos, distraigo la mirada, mientras batallo con el lenguaje por mi bienestar; nunca había tenido algo tan preciado que fuera igualmente doloroso. Tal vez ahí estaba el misterio de la vida y yo me acobardé.