viernes, 31 de diciembre de 2010

Lolita (fragmento)

A propos: I have often wondered what became of those nymphets later? In this wrought-iron would of criss-cross cause and effect, could it be that the hidden throb I stole from them did not affect their future? I had possessed her--and she never knew it. All right. But would it not tell sometime later? Had I not somehow tampered with her fate by involving her image in my voluptas? Oh, it was, and remains, a source of great and terrible wonder.


Nabokov

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Algo con esta calle.

Hay días en los que creo más en el platonismo que otros. Días así, donde detalles me remiten a las Formas y éstas unen a todos sus descendientes en una red franca entre las sensaciones y mis recuerdos. Te veo ahí en la inclinación de la nariz de esa mujer, o la relación no proporcionada con sus mejillas. No te pareces nada en ella, tú mil veces más hermosa. Olores que son tuyos, o de otro ser más originario, pero cuelgas de él, y como un móvil todas las sensaciones que me acontecen se desprenden de ahí. Y las veo moverse, son notas olfativas que se mecen, según el caprichoso viento del centro histórico. Leche, almohada, pasta hecha en casa, mano con olor a tornillos oxidados. Y a veces nunca llegas, sólo esta él; el padre de mi padre, siendo el buen fantasma que es. Pero no se trata de él tampoco, se trata de extrañar algo.

Algo profundo y sin peso, como el par de centímetros que esta calle perdió y parece que a nadie le importa.

lunes, 13 de diciembre de 2010

El trabajo y los días

Parece ser que el hambre es quien me arrastra a estos umbrales. Las puertas donde debiera pagar mis deudas y mis errores. Hacer un balance, en mi caso, siempre es negativo; casi siempre. Uno debe preguntarse por todas las decisiones que he tomado, profesión(es), compañía, colonia donde vivir, sopa de fideos o consomé de pollo. No creo estar apto para asumir todas las consecuencias, y lo saben quienes me cobran; desilusionados por el resultado, por las arcas vacías; quedó libre de castigo como cuando comencé a andar mal.

A veces muevo un pulgar, involuntariamente; como señal de que mi carcaza no quiere soportar más. Pero está bien, no hace falta una conciencia tranquila para salir adelante. No hace falta nada más que sentarme aquí y convencer a todos de que soy muy bueno en lo que hago, o lo que voy a hacer (y ser), apenas termine mi tesis.

Y todo se reduce a esto: Hesiodo frente a mí, con poemas sobre hombres inútiles, Pandora, héroes y dioses justos; mi computadora que más bien es de Liverpool aún, y mi impotencia por terminar algo bien, terminarlo siquiera, lo que sea.

domingo, 12 de diciembre de 2010

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Si estoy a estas horas aquí, es por tengo asuntos pendientes con el mundo.