lunes, 25 de octubre de 2010

Sweet home (1)

En este cuarto no entra luz solar, a ninguna hora. Este cuarto truena las bombillas en un promedio de diez minutos sin excepción. Entiendo, debo permanecer a oscuras. Sólo la luz de este monitor da profundidad a los objetos. Mis pertenencias iluminadas resultan sólo recuerdos útiles o vanidosos. Es la primera vez que puedo llamar a veinte metros cuadrados míos, o con sus derechos mientras pague puntual el alquiler. He triunfado. Voy a cerrar el monitor, recostarme en el colchón, y sentir la dulce punción del estómago levantándose en armas contra la inanición.

1 comentario:

Esme Saldívar dijo...

Me gusta la palabra inanición.