jueves, 4 de septiembre de 2008

El gato.

guarda esta casa de uss fantasmas, mientras va mordiendo a los cuerpos desnudos; se levanta sobre la montaña de sábanas como dueño y señor de la estancia. Desde ahí, decide cazar una mosca.

Con displacencia ve a una mujer salir del baño.

Pobre eunuco, misógino.

Las conversaciones son cada vez más desastrozas, el me desaprueba bebiendo del retrete, mientras yo vomito en él. Ahora entiendo su lenguaje, el cual se adecua perfectamente para reprocharme en todos los casos, con todas sus reacciones.

Este gato no muere de curiosidad, los dos nos morimos por igual, por el tiempo, que no logramos espantar.

2 comentarios:

[M] dijo...

Chaisse... Los extraño, a los dos.
Y también, a los dos, los quiero.
M.

Mar dijo...

un dìa antes de mi cumpleaños hace un año.