No tengo certeza de nada, o de casi nada. Sin meterme en un problema ontológico, diré que la única certeza (tal vez clara y tal vez distinta) que tengo es mi gran ignorancia. Y eso que no se cuan grande es. Sólo se que es muy grande, y hasta cierto punto (tal vez con vergüenza, ta vez no) me gusta regocijarme en ella.
martes, 7 de octubre de 2008
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